Salmos 5:3 (NVI) Por la mañana, Señor, escuchas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos, y quedo a la espera de tu respuesta.
Hoy más que antes es importante tener una relación diaria con el Señor y buscarle en oración. Ante los retos y desafíos que estamos viviendo necesitamos estar fuertes espiritualmente.
¿Sabías que unos minutos de oración en la mañana tienen el poder de cambiar el curso de tu día? Si no tienes tiempo para que Dios sea tu primera cita, te estás perdiendo la cita más importante de tu día.
Cuando pasas por alto pasar tiempo con Dios: en Su Palabra, en oración, en el espíritu, esencialmente estás perdiendo las bendiciones y las oportunidades que Dios tiene reservadas para ti. La palabra de Dios dice que no tenemos porque no pedimos, o no obedecemos (Santiago 4.2). Si queremos lo mejor de Dios para nuestras vidas, debemos ser diligentes en pasar tiempo con él.
Cuando hacemos un alto de nuestras actividades, dejamos a un lado las distracciones, y ponemos a Dios primero, nos estamos poniendo en la posición correcta para ver los cielos abiertos sobre nosotros. El buscar su rostro y buscar su voluntad trae grandes recompensas. Por eso antes de que vengan los compromisos del día , dedique tiempo a Dios y escuche lo que tiene que decir. Cuando busca a Dios primero, su día será mejor y más brillante. Cuando hagas de Dios tu primera cita, tu día estará lleno de sus bendiciones, experimentarás su presencia, su dirección, su provisión y su protección en cada momento de tu vida.
Es como sacar una cita en un restaurante para solo dos personas, nada en todo el establecimiento es más importante que esa persona que te acompaña en esa cita. Así debe ser nuestro tiempo con Dios, una cita para dos.
Reflexión:
¿Qué cambios necesitas hacer en tu vida para que Dios sea tu primera cita? En el segundo día de oración reafirma tu compromiso con Dios de que Él será tu primera cita.